Demasiado ruido con la mujer que tiene las uñas más largas del mundo, Chris Walton, “La Holandesa”, residente en Las Vegas. Parecen poca cosa sus 3,1 metros comparados con los 10,16 centímetros de lengua de Chanel Tapper.
Tapper, una estudiante residente en California, tiene lengua hasta para hacer dulce, como puede apreciarse en la foto que acompaña esta nota. Tener una lengua así tiene mucho mérito, diríase que mucho más que dejarse crecer las uñas descomunalmente, cosa que en definitiva pueden hacer varios mortales. Una lengua, en cambio, no crece. No se puede “dejar crecer”. Una lengua es o no es. Nace, no se cultiva. Una lengua así sólo puede tenerla una persona en el mundo.
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