Comer unos chocolates a escondidas le costaron la vida a una niña de nueve años en el estado de Alabama (Estados Unidos), y no porque estos estaban contaminados, sino porque su abuela la sometió a un castigo que terminó por deshidratar a la desafortunada pequeña.
Savannah Hardin murió por cansancio y deshidratación luego de un ejercicio físico desmedido, según información entregada por las autoridades.
Al parecer, el castigo lo habría ordenado su madrastra por teléfono, pero fue la abuela quien obligó a la menor a correr durante tres horas.
Roger Simpson, uno de los vecinos, fue testigo de la "maratón" que hacía la niña. "Ella iba y venía dando la vuelta a mi casa y a la de ella, pero no le di mayor importancia", relató. Además de este testimonio existen otros que ayudarían a esclarecer las causas del lamentable deceso.
Información revelada por la cadena de televisión ABC señala que "las autoridades creen que Savannah murió después de quedar gravemente deshidratada. La pequeña sufrió una apoplejía y murió días después".
Tanto la abuela como la madrastra se encuentran en prisión y se enfrentan a una acusación de asesinato. No obstante, la Fiscalía considera que la abuela deberá pagar una pena mayor por ser ella quien le dio la orden a la niña.
Antes de ser auxiliada por los servicios médicos, la madrastra de la niña, Jessica Mae Hardin, de 27 años, contactó a la Policía afirmando que Savannah había sufrido un ataque y no respondía.
Savannah Hardin murió por cansancio y deshidratación luego de un ejercicio físico desmedido, según información entregada por las autoridades.
Al parecer, el castigo lo habría ordenado su madrastra por teléfono, pero fue la abuela quien obligó a la menor a correr durante tres horas.
Roger Simpson, uno de los vecinos, fue testigo de la "maratón" que hacía la niña. "Ella iba y venía dando la vuelta a mi casa y a la de ella, pero no le di mayor importancia", relató. Además de este testimonio existen otros que ayudarían a esclarecer las causas del lamentable deceso.
Información revelada por la cadena de televisión ABC señala que "las autoridades creen que Savannah murió después de quedar gravemente deshidratada. La pequeña sufrió una apoplejía y murió días después".
Tanto la abuela como la madrastra se encuentran en prisión y se enfrentan a una acusación de asesinato. No obstante, la Fiscalía considera que la abuela deberá pagar una pena mayor por ser ella quien le dio la orden a la niña.
Antes de ser auxiliada por los servicios médicos, la madrastra de la niña, Jessica Mae Hardin, de 27 años, contactó a la Policía afirmando que Savannah había sufrido un ataque y no respondía.