La fiebre es un mecanismo de defensa del organismo y no es perjudicial en sí misma”. Cuando la fiebre dura menos de una semana, lo más habitual es que esté causada por una infección ya sea vírica, bacteriana o por hongos. Cuando la fiebre aparece, algo va mal. Es un signo de enfermedad que puede venir acompañado de escalofríos, dolor de cabeza y otros síntomas poco agradables, pero tiene su función.
“La temperatura que nos interesa es la central, pues es la que tienen los órganos vitales como el cerebro, el corazón, los pulmones o el riñón. Es la que se intenta medir” La temperatura central oscila entre los 36,5ºC y los 37,5ºC. No obstante, la temperatura normal del cuerpo puede variar de unas personas a otras.
“La temperatura que nos interesa es la central, pues es la que tienen los órganos vitales como el cerebro, el corazón, los pulmones o el riñón. Es la que se intenta medir” La temperatura central oscila entre los 36,5ºC y los 37,5ºC. No obstante, la temperatura normal del cuerpo puede variar de unas personas a otras.
El dolor de cabeza, musculares, escalofríos y convulsiones son los síntomas más frecuentes. Pero también puede deberse a ciertos fármacos. Además, la cocaína puede propiciar la aparición de fiebre. El ejercicio extenuante o algunas situaciones fisiológicas como la ovulación y el embarazo pueden originar fiebre aguda.
Por otro lado, la mitad de los casos de fiebre prolongada, la que dura más de dos o tres semanas, se debe a infecciones crónicas como la tuberculosis, el virus de la mononucleosis, el sida o la malaria, entre otras. También puede estar causada por infecciones de los huesos, abscesos abdominales, rectales o hepatitis.
Un quinto de los casos de fiebre duradera responden a distintos tipos de tumores y otra quinta parte tiene su origen en enfermedades inflamatorias reumatológicas del colágeno y de los vasos sanguíneos. Pero esta fiebre más prolongada también puede deberse a la inflamación intestinal o la tiroiditis.
Por otro lado, la mitad de los casos de fiebre prolongada, la que dura más de dos o tres semanas, se debe a infecciones crónicas como la tuberculosis, el virus de la mononucleosis, el sida o la malaria, entre otras. También puede estar causada por infecciones de los huesos, abscesos abdominales, rectales o hepatitis.
Un quinto de los casos de fiebre duradera responden a distintos tipos de tumores y otra quinta parte tiene su origen en enfermedades inflamatorias reumatológicas del colágeno y de los vasos sanguíneos. Pero esta fiebre más prolongada también puede deberse a la inflamación intestinal o la tiroiditis.