Con tan sólo cuatro años, Heidi Hankins tiene un coeficiente intelectual de 159, un punto por debajo de Albert Einstein, y casi tan alto como el físico Stephen Hawking, lo que le ha convertido en uno de los miembros más jóvenes de Mensa (asociación internacional de superdotados), según publica Daily Mail.
A los 2 años, Heidi ya sabía leer sin que nadie la hubiese enseñado. También podía contar hasta el número 40. Al observar estas capacidades, sus padres notaron que se trataba de una niña con una inteligencia inusual.
“Comenzó a realizar intentos para hablar desde el mismo minuto en que nació, aunque obviamente no podía verbalizar nada”, cuenta su padre Matthew Hankins.
A los 2 años, Heidi ya sabía leer sin que nadie la hubiese enseñado. También podía contar hasta el número 40. Al observar estas capacidades, sus padres notaron que se trataba de una niña con una inteligencia inusual.
“Comenzó a realizar intentos para hablar desde el mismo minuto en que nació, aunque obviamente no podía verbalizar nada”, cuenta su padre Matthew Hankins.
“Cuando empezó a hablar, antes de cumplir 1 año, utilizaba oraciones completas”, dice. Según Hankins, cuando Heidi cumplió los dos años, ya era capaz de leer libros escolares. También sabía sumar y restar.
El promedio de coeficiente intelectual para adultos es de 100, mientras que un “superdotado” su porcentaje es de 130. John Stevenage, director ejecutivo de Mensa, asegura que los padres de Heidi identificaron correctamente que la niña tiene un gran potencial y podrán trabajar con ella para evitar fracasos que pueden darse si se desconocen los grados de inteligencia del menor.
El promedio de coeficiente intelectual para adultos es de 100, mientras que un “superdotado” su porcentaje es de 130. John Stevenage, director ejecutivo de Mensa, asegura que los padres de Heidi identificaron correctamente que la niña tiene un gran potencial y podrán trabajar con ella para evitar fracasos que pueden darse si se desconocen los grados de inteligencia del menor.