La felicidad es un estado deseable, una meta que todos buscamos y que si bien no es asequible por medio de procedimientos específicos, al menos podrá convenirse en que se le encuentra como resultado de nuestras acciones cotidianas, ese hacer del día a día que, combinado con el azar propio de la existencia, deviene en una construcción paulatina de la plenitud, la satisfacción, la paz y en general esa suma de circunstancias a la que asignamos el nombre de felicidad.
En un ejercicio paradójico te damos 8 consejos no para ser feliz:
1. Haz cosas que odias. Consigue un trabajo que todos a tu alrededor aprueben, pero que realmente no disfrutes hacer. Quéjate de cuánto detestas hacer cada día eso mismo que, desde un principio, sabes que no quieres hacer.
2. Trata de cambiar a todos a tu alrededor. El mundo debería girar en torno tuyo. No dejes que nadie te convenza de lo contrario: si alguien se comporta de manera que no apruebes, haz que lo sepa. Tú no eres el problema, son ellos.
3. Quéjate. Fíjate siempre en el lado negativo de todo lo que se te presente, y busca que los demás también lo vean. Eso te hará parecer más inteligente con los pocos que quieran escucharte hablar de todo lo que detestas.
4. Vive en el pasado. Todas esas horribles memorias de infancia y adolescencia son lo más preciado que tienes, el único lugar al que tienes derecho. Olvida el presente: vive tu vida como si recordaras la vida frustrada de alguien más.
5. Obsesiónate con el futuro. Pensar en el pasado eventualmente te agotará. Cuando quieras quitarte un poco de estrés, piensa en todo lo terrible que te espera en el futuro: todas las tragedias, todos los malentendidos, todo lo que podría salir mal.
6. No confíes en nadie. Recuerda: el mundo gira en torno a ti, así que todos están esperando la manera de aprovecharse de ti. Sin embargo, procura comportarte hipócritamente, para que nadie sepa que en realidad guardas profundas sospechas sobre ellos.
7. No te cuides. El cuerpo es un parque de diversiones desechable que puede ser educado para dormir poco y mal, no hacer ejercicio, comer comida chatarra y procesar alcohol en lugar de agua. Cuando te enfermes, la ciencia ya habrá encontrado una solución para tu problema.
8. No le digas a la gente que quieres, que los quieres. Recuerda que la gente quiere aprovecharse de ti. Amar a alguien es peligroso. Lo mejor es ir en contra de esos violentos sentimientos y cambiarlos por una pasiva condescendencia, por una tolerancia distante o simple y llanamente por indiferencia.
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En un ejercicio paradójico te damos 8 consejos no para ser feliz:
1. Haz cosas que odias. Consigue un trabajo que todos a tu alrededor aprueben, pero que realmente no disfrutes hacer. Quéjate de cuánto detestas hacer cada día eso mismo que, desde un principio, sabes que no quieres hacer.
2. Trata de cambiar a todos a tu alrededor. El mundo debería girar en torno tuyo. No dejes que nadie te convenza de lo contrario: si alguien se comporta de manera que no apruebes, haz que lo sepa. Tú no eres el problema, son ellos.
3. Quéjate. Fíjate siempre en el lado negativo de todo lo que se te presente, y busca que los demás también lo vean. Eso te hará parecer más inteligente con los pocos que quieran escucharte hablar de todo lo que detestas.
4. Vive en el pasado. Todas esas horribles memorias de infancia y adolescencia son lo más preciado que tienes, el único lugar al que tienes derecho. Olvida el presente: vive tu vida como si recordaras la vida frustrada de alguien más.
5. Obsesiónate con el futuro. Pensar en el pasado eventualmente te agotará. Cuando quieras quitarte un poco de estrés, piensa en todo lo terrible que te espera en el futuro: todas las tragedias, todos los malentendidos, todo lo que podría salir mal.
6. No confíes en nadie. Recuerda: el mundo gira en torno a ti, así que todos están esperando la manera de aprovecharse de ti. Sin embargo, procura comportarte hipócritamente, para que nadie sepa que en realidad guardas profundas sospechas sobre ellos.
7. No te cuides. El cuerpo es un parque de diversiones desechable que puede ser educado para dormir poco y mal, no hacer ejercicio, comer comida chatarra y procesar alcohol en lugar de agua. Cuando te enfermes, la ciencia ya habrá encontrado una solución para tu problema.
8. No le digas a la gente que quieres, que los quieres. Recuerda que la gente quiere aprovecharse de ti. Amar a alguien es peligroso. Lo mejor es ir en contra de esos violentos sentimientos y cambiarlos por una pasiva condescendencia, por una tolerancia distante o simple y llanamente por indiferencia.
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