El carácter y la actitud influyen en el éxito que una persona pueda alcanzar. Así lo afirma la terapeuta y “life coach”, Susie Moore, quien señala que la gente agradable es la que suele tener más logros en la vida.
“Es más divertido trabajar con la gente simpática porque inspira lealtad entre sus pares y son más fáciles de sobrellevar” dentro de cualquier equipo u organización”, expresa.
“He visto a muchos talentosos ciudadanos corporativos convertidos en víctimas del pesimismo, sucumbir a los chismes de la oficina y quejarse todo el tiempo. Estas personas, casi siempre con absoluta cero intención, se vuelven irritantes para los demás y lo peor de todo, perjudiciales para ellos mismos y su propia progresión profesional. Lo triste es que su falta de conciencia de sí mismos los paraliza”, asegura la especialista.
Ella afirma que cuando llegamos “a un cierto nivel en nuestras carreras, tenemos las habilidades, talentos y capacidades para hacer el trabajo”, pero que muchas veces no logramos progresar porque les falta el “factor agradable”. Esto se debe a que actualmente los gerentes y ejecutivos a cargo de la contratación de personal buscan individuos que generen simpatía y confianza en los equipos.
“Antes de que ser profesionales somos seres humanos. Es natural querer estar rodeado de gente que eleve el ambiente positivo”, señala la terapeuta, poniendo como ejemplo que si hay dos personas muy capacitadas para vender un producto o servicio, siempre ganará la persona con carácter más agradable.
“El éxito orbita alrededor de la felicidad y no al revés”, recuerda la especialista, citando a hawn Achor, autor de “The Happiness Advantage” (La ventaja de la felicidad).
“Es más divertido trabajar con la gente simpática porque inspira lealtad entre sus pares y son más fáciles de sobrellevar” dentro de cualquier equipo u organización”, expresa.
“He visto a muchos talentosos ciudadanos corporativos convertidos en víctimas del pesimismo, sucumbir a los chismes de la oficina y quejarse todo el tiempo. Estas personas, casi siempre con absoluta cero intención, se vuelven irritantes para los demás y lo peor de todo, perjudiciales para ellos mismos y su propia progresión profesional. Lo triste es que su falta de conciencia de sí mismos los paraliza”, asegura la especialista.
Ella afirma que cuando llegamos “a un cierto nivel en nuestras carreras, tenemos las habilidades, talentos y capacidades para hacer el trabajo”, pero que muchas veces no logramos progresar porque les falta el “factor agradable”. Esto se debe a que actualmente los gerentes y ejecutivos a cargo de la contratación de personal buscan individuos que generen simpatía y confianza en los equipos.
“Antes de que ser profesionales somos seres humanos. Es natural querer estar rodeado de gente que eleve el ambiente positivo”, señala la terapeuta, poniendo como ejemplo que si hay dos personas muy capacitadas para vender un producto o servicio, siempre ganará la persona con carácter más agradable.
En este sentido, Moore entrega algunas razones de por qué ese tipo de personas son tan exitosas…
1. No son ególatras.
2. Motivan a los demás. Los alientan, comparten el crédito de los logros, y disfrutan del éxito de los demás.
3. Hacen sentir más relajado a su equipo. La gente poco agradable genera un ambiente tenso, estresante, pudiendo hacer que el resto se ponga a la defensiva y colapse.
4 . “La gente hace negocios con las personas que les agradan”, dice Jeffrey Gitomer, autor de “The Little Red Book of Selling” (El libro rojo de las ventas). Esto no sólo se aplica a los vendedores, también a todo tipo de relaciones empresariales, laborales y sociales.
5. Lo positivo atrae lo positivo. La negatividad repele. Una actitud negativa nos hace querer evitar a la persona que la genera. La positividad, en cambio, es muy atractiva.
6. Las personas agradables suelen ser inclusivas y por lo tanto siempre las incluyen en las decisiones. Como no funcionan por miedo, sino que por optimismo, se les suele consultar por su punto de vista y tienen influencia cuando se están tomando decisiones.
“El éxito orbita alrededor de la felicidad y no al revés”, recuerda la especialista, citando a hawn Achor, autor de “The Happiness Advantage” (La ventaja de la felicidad).