Respondemos: Es una bastante rápida nube de solo hidrógeno, inexplicablemente, que consiguió mantener su consistencia completa después de atravesar además a toda velocidad, recordemos hace millones de años, la propia Vía Láctea. Se dirige también hacia nuestra Vía Láctea. Reportado según un detallado análisis reciente llevado a cabo por el investigador Robert C. Byrd con el relevante telescopio Green Bank.
Tremendo: La conocida Nube de Smith, una enorme gigantesca masa solo de hidrógeno gaseoso que se encuentra ahora en rumbo claro de colisión con nuestra propia galaxia, la llamada Vía Láctea, encierra todavía más misterios de lo que antes se creía. Ahora incluso se ha llegado a la conclusión definitiva de que está envuelta toda en un manto de materia totalmente oscura.
Seguimos conociendo detalles. La nube que chocará con nuestra galaxia está compuesta de una materia oscura que sirve de caparazón infranqueable, y que mantiene la cohesión de dicha masa de hidrógeno gaseoso sobre la cual, conforme pasa el tiempo, se desvelan más incógnitas en lo referente a su composición.
Los investigadores han hecho referencia de tal existencia tras un estudio de observaciones desarrollado con el radiotelescopio GBT que la Fundación Nacional de Estados Unidos tiene en Virgina Occidental.
Tremendo: La conocida Nube de Smith, una enorme gigantesca masa solo de hidrógeno gaseoso que se encuentra ahora en rumbo claro de colisión con nuestra propia galaxia, la llamada Vía Láctea, encierra todavía más misterios de lo que antes se creía. Ahora incluso se ha llegado a la conclusión definitiva de que está envuelta toda en un manto de materia totalmente oscura.
Seguimos conociendo detalles. La nube que chocará con nuestra galaxia está compuesta de una materia oscura que sirve de caparazón infranqueable, y que mantiene la cohesión de dicha masa de hidrógeno gaseoso sobre la cual, conforme pasa el tiempo, se desvelan más incógnitas en lo referente a su composición.
Los investigadores han hecho referencia de tal existencia tras un estudio de observaciones desarrollado con el radiotelescopio GBT que la Fundación Nacional de Estados Unidos tiene en Virgina Occidental.
La nube que chocará con nuestra galaxia es un fenómeno nunca visto. Avanza con rapidez y cuenta con una amplia extensión tan grande como enigmática.
Existen ciertas incógnitas en lo referente a su viaje, ya que en teoría no debería haber sido capaz de mantener su cohesión durante su viaje a la Vía Láctea, pero lo hizo.
Los estudios desvelan que por primera vez atravesó nuestra galaxia hace muchos millones de años. Ahora, los investigadores creen que la materia negra que le rodea se ha convertido en un caparazón infranqueable.
Ese caparazón representa aproximadamente el 80 por ciento de la masa de la nube que chocará con nuestra galaxia. Ella la protege y ha impedido su desintegración y de no ser por ella, hubiese desaparecido cuando chocó por primera vez con nuestra galaxia.
En la actualidad, dicha nube se encuentra a unos 8,000 años –luz de distancia de la Vía Láctea, a la cual se acerca a más de 250 kilómetros por segundo.
Se espera que impacte de nuevo en aproximadamente unos 30 millones de años. Todo apunta a que la nube es en realidad una galaxia fallida.
Existen ciertas incógnitas en lo referente a su viaje, ya que en teoría no debería haber sido capaz de mantener su cohesión durante su viaje a la Vía Láctea, pero lo hizo.
Los estudios desvelan que por primera vez atravesó nuestra galaxia hace muchos millones de años. Ahora, los investigadores creen que la materia negra que le rodea se ha convertido en un caparazón infranqueable.
Ese caparazón representa aproximadamente el 80 por ciento de la masa de la nube que chocará con nuestra galaxia. Ella la protege y ha impedido su desintegración y de no ser por ella, hubiese desaparecido cuando chocó por primera vez con nuestra galaxia.
En la actualidad, dicha nube se encuentra a unos 8,000 años –luz de distancia de la Vía Láctea, a la cual se acerca a más de 250 kilómetros por segundo.
Se espera que impacte de nuevo en aproximadamente unos 30 millones de años. Todo apunta a que la nube es en realidad una galaxia fallida.